La Casa, Paco Roca

A lo largo de los años el dueño llena de recuerdos su casa, testigo mudo de su vida. Y aquél es también la fiel imagen de ella. Como las parejas que han convivido siempre juntas. Así, cuando su ocupante desaparece para siempre, el contenido de la casa se paraliza por el polvo esperando que alguna vez su dueño regrese. Los tres hermanos protagonistas de esta historia volverán un año después de la muerte de su padre a la casa familiar donde crecieron. Su intención es venderla, pero con cada trasto que tiran se enfrentan a los recuerdos. Temen estar deshaciéndose del pasado, del recuerdo de su padre, pero también del suyo propio. Se perciben en esta nueva obra de Paco Roca ecos autobiográficos que surgen de una necesidad de contar una situación que ha tocado de cerca al autor valenciano, tal y como ya le sucediera con Arrugas.

Estamos todas bien, Anna Penyas

Un homenaje gráfico a esas mujeres que siempre han sido personajes secundarios de otras vidas: la esposa de, la madre de, o la abuela de.

«Cuando le dije a mi abuela Maruja que iba a hacer un cómic basado en su vida, me respondió que mejor escribiera una historia de amor. Cuando le dije lo mismo a mi abuela Herminia, se alegró mucho y me dijo «Sí, claro, nena.», así que, grabadora en mano, me fui a ver a mi abuela Maruja para que me explicara, por ejemplo, lo que escondía ese cuadro de flores y el porqué de su obsesión por la cocina. Después visité a mi abuela Herminia y descubrí la importancia de su abuela Hermenegilda y las causas de ese aire bohemio tan peculiar. Las mujeres de su generación, a quienes no solemos cuidar como ellas nos cuidaron, siempre han sido personajes secundarios de otras vidas: la esposa de, la madre de, o la abuela de. Como Maruja y Herminia. Sus anécdotas, sus ideas y su mundo están aquí, en este libro, un pequeño homenaje que quiere convertirlas en protagonistas.»

Orgullo y prejuicio, Jane Austen

«Es una verdad universalmente aceptada que todo soltero en posesión de una gran fortuna necesita una esposa ». Nueva traducción ilustrada de la novela de Jane Austen. Este comienzo, que, junto con el de Ana Karénina, es quizás uno de los más famosos de la historia de la literatura, nos introduce sabiamente en el mundo de Jane Austen y de su novela más emblemática. Orgullo y prejuicio, publicada en 1813 tras el éxito de Juicio y sentimiento, reúne de forma ejemplar sus temas recurrentes y su visión inimitable en la historia de las cinco hijas de la señora Bennett, que no tiene otro objetivo en su vida que conseguir una buena boda para todas ellas. Dos ricos jóvenes, el señor Bingley y el señor Darcy, aparecen en su punto de mira e inmediatamente se ven señalados como posibles presas . De hecho, la relación entre la hija mayor, Jane, y el señor Bingley parece muy prometedora… pero, por influencia del arrogante señor Darcy, se frustran todas las esperanzas. La intervención de Elizabeth, la hija segunda, perspicaz, consciente de su valor, y algo rebelde, determinará el rumbo de la novela. En ella el opresivo ambiente de la familia, la presión del matrimonio, la diferencia de clases, el fantasma de la pobreza y la delicada sensibilidad de una heroína decidida, pero no libre de errores de juicio y dudas de comportamiento, se conjugan para crear una obra maestra leída a lo largo de más de dos siglos.

Matèria de Bretanya, Carmelina Sánchez-Cutillas

Obtingué el Premi Andròmina dins els Premis Octubre del1975. Aquesta emblemàtica obra ens revela el món d’Altea en els anys de la seua infantesa. «La mar vivia a una badiamolt gran» –la primera frase del llibre– ens trasllada la màgia i la tendresa amb què s’acompanyen els records. Més enllà d’un memorialisme reeixit, l’obra de Carmelina Sánchez-Cutillas ens mostra dues coses. La primera, que la infantesa, més que una edat –una fase de la vida– és, fonamentalment, una forma de veure el món. Una visió mig màgica, mig mística, amb sentiments oceànics, amb una tendència a la heroïficació de l’entorn… La segona qüestió prové del fet que en evocar la infantesa, l’autora no ho fa des de la distància, ni com un exercici intel·lectual, sinó submergint-se i revivint (amb plenitud) els moments i les escenes que, al capdavall, componen la partitura biogràfica. I així, en lliurar-se tan plenament al seu món, ens el fa sentir, oldre, tocar…